Utilizar puertas correderas en nuestra casa es una de las soluciones más prácticas cuando disponemos de poco espacio. Si bien es cierto que su estética no convence a todo el mundo, las ventajas que ofrece son innegables. Si queremos separar estancias sin desaprovechar rincones son una apuesta segura, ya que nos permiten utilizar el espacio que se necesita habitualmente para abrir una puerta convencional. A continuación te hablamos de seis ventajas de instalar puertas correderas en tu hogar.
Como cualquier tipo de puerta, las correderas sirven para dividir visualmente los ambientes y otorgar privacidad cuando se necesita. Pero no solo pueden ser utilizadas para dividir habitaciones, sino que también las podemos usar dentro del propio baño para separar el inodoro del resto del cuarto de baño. Sobre todo, cuando interesa que varios miembros de la familia puedan usarlo a la vez.
O para todo lo contrario, las correderas también sirven para abrir espacios de manera más natural que las puertas abatibles. Podemos abrir estos espacios tanto dentro de la casa para juntar estancias y crear un espacio diáfano, como hacia el exterior para prolongar la vivienda hacia el jardín o la terraza. Por ejemplo, si nuestra cocina y nuestro comedor están situados en habitaciones contiguas, colocando una puerta corredera podemos crear un espacio contiguo entre ellas. O bien, cuando se tiene una vista hacia el paisaje, unas puertas corredizas de cristal son la mejor alternativa, ya que permitirán que la luz natural entre y tendremos, además, la impresión de introducir la naturaleza en casa.
Las puertas correderas se fabrican en diversos materiales. Si optamos por instalar una de madera, colocándola en nuestro salón podemos darle un toque hogareño y familiar. Si por el contrario optamos por una de cristal, dependiendo del tipo que elijamos conseguiremos un efecto u otro: un cristal transparente aportará luminosidad a la casa al dejar traspasar la luz, mientras que uno opaco se podría colocar en el baño para conseguir intimidad. Finalmente, con puertas de metal obtendremos un estilo industrial.
Es decir, puedes decorarlas o esconderlas. Existen dos tipos de puertas correderas: las que se introducen en la pared y quedan completamente ocultas al abrirlas, y las que se instalan con ayuda de una guía por la pared y quedan a la vista. Si en tu casa has utilizado el segundo tipo y no quieres que se van o si su diseño no encaja con el estilo de la decoración, ocúltalas tras una galería. Para que la puerta se integre mejor, toma como referencia la carpintería. El acabado depende de tu gusto: la madera resulta cálida, mientras que una hoja lacada en un tono intenso se convierte en un punto focal atractivo. Es bueno tener en cuenta que una corredera vistosa puede separar ambientes dentro de un espacio y añadir dinamismo a la decoración.
También podemos encontrar puertas correderas en los armarios, vestidores o balcones, por ejemplo. Nos sirven tanto para almacenar nuestros alimentos y utensilios de cocina, como para organizar nuestra ropa en el dormitorio. O incluso para guardar tras ellos nuestra televisión cuando no la estamos viendo.
Quizá esta es la ventaja más importante. Podemos ganar espacio utilizando puertas correderas en los baños, cocinas, despachos, etc. El espacio que se gana con ellas es innegable. En las cocinas, una puerta corredera permite aprovechar la pared contigua a la hoja con muebles, prolongar la zona de trabajo hasta el marco o crear un comedor de diario frente a la puerta. Mientras que en los baños pequeños son la mejor solución, ya que posibilitan ganar todo el espacio del recorrido de una puerta abatible: muchos centímetros nada despreciables que marcan la diferencia entre circular con fluidez dentro de un cuarto de baño pequeño o tener que cerrar la puerta para pasar del inodoro hacia la ducha.
Instalar una puerta corredera en nuestra vivienda es una tarea que no requiere mucho esfuerzo. Con un pequeño cambio nuestra casa parecerá más grande y haremos de nuestro hogar un lugar diáfano cuando nos interese y, cuando no, conseguiremos una vivienda con estancias cerradas.