Existen varios tipos de rellenos, unos más duros otros más blandos o incluso algunos que se amoldan al propio cuerpo. Los materiales pueden ser de tres tipos: pluma, fibra o espuma, siendo este último el más común.
Esta es la opción más común y económica para la elección del relleno de tu sofá. Además es una de las opciones más duraderas ya que consigue mantener la forma del sofá después de un uso prolongado. Como inconveniente podríamos destacar que es un material más duro con dificultad de adaptarse al cuerpo.
Los rellenos de sofá hechos de fibra son unos de los más cómodos, pero requieren algo más de mantenimiento que los sofás con relleno de espuma. Aun así es una buena opción para aquellas personas con alergias u otras sensibilidades.
De los sofás con relleno de pluma podríamos destacar su elevada calidad y el buen descanso que ofrecen. Pero por lo contrario, requieren un alto mantenimiento. Los sofás con relleno de pluma puede que no sean la mejor opción si tienes niños en casa o mascotas ya que el derrame de líquidos en los cojines puede hacer que se estropeen con mayor facilidad que otros productos.
Como conclusión final, hay una gran variedad de rellenos de sofá en el mercado y para elegir el que más se adapte a tus necesidades debes tener en cuenta que ofrece cada producto o incluso escoger una combinación de varios para obtener el mejor relleno de sofá para tu hogar.